¿Gana o pierda? ¿Haz o observa? ¿Caiga o levanta? ¿Corra o para? ¿Decida o deja que decidan por ti? Siempre se trata de tener por lo menos dos opciones para elegir. Y solo depende de ti cuál de las dos oportunidades escoja. O decidas ser la víctima o la dueña. Escoja de ser la responsable de tus decisiones o la víctima de tu vida.
Desde pequeños nos enseñan SER: ser amable, ser educado, ser bueno, ser responsable, ser gentil, ser considerado, o simplemente ser. Las expectativas de los demás nos condicionan desde la infancia y desde el nacimiento aprendemos condicionarnos, limitarnos, ignorarnos y satisfacer ...satisfacer a las necesidades de los demás. Y desde pequeños aprendemos cumplir con las exigencias de los demás sin llegar a conocernos a nosotros mismos. Crecemos creyendo en nuestras imperfecciones. ¿Y que pasa cuando no conocemos bien a nosotros mismos y actuamos en base de las expectativas de los demás? A menudo llegamos a juzgarnos, criticarnos hasta humillarnos. Y con cada crítica, con cada juicio y con cada humillación nuestra autoconfianza sufre. Cuando dudamos de nuestras capacidades, cuando cuestionamos nuestras necesidades y nuestras creencias, entonces también nuestro autoestima disminuye.
¿Que podemos hacer para volver a creer en nosotros mismos y amarnos incondicionalmente? Para abrirnos a nuevas oportunidades tenemos que cerrar las viejas limitaciones.
¿Cómo hacerlo? Querer y necesitar a comenzar ahora mismo. Necesitar vivir en el amor y la plenitud.
Podemos empezar a fijarnos objetivos alcanzables dentro de nuestras posibilidades, ya que nuestras estructuras mental y emocional pueden estar condicionados por experiencias de fracaso. Así si conseguimos un objetivo por pequeño que sea hará que comencemos a confiar en nuestras potencialidades. El proceso tiene que ver con la satisfacción que nos da haber logrado nuestro objetivo, que hace funcionar en nuestro cerebro la cascada de hormonas del bienestar físico y emocional, y al mismo tiempo construimos pensamientos de optimismo, creando así en el ser un estado opuesto a nuestra situación de desconfianza en uno mismo. un pequeño logro es el primer gran paso en la recuperación de la autoconfianza, y marca el inicio de una expansión de la autoconfianza. Podríamos comparar con el crecimiento de los ahorros, empiezas con una cantidad y te comprometes a seguir ingresando más dinero, como resultado tendrás una cantidad importante que te hace sujeto de crédito en tu banco, es decir que el banco confía en tus posibilidades de retornarle el dinero que pudiera prestarte. Sumar pequeños logros es conseguir crédito en ti mismo, es decir autoconfianza.
Nada viene gratis y sin trabajo.
Entonces también debes perdonar a los demás y perdonarte a ti misma. Por que con el perdón liberas tu energía malgastada en rencor y resentimiento. Y cuando liberas esta energía entonces puedes empezar a dedicarla a tu trabajo personal. Puedes convertir lo desgastador a lo enriquecedor ya que todo lo que haces debe ser el resultado de tu mejor intención con las herramientas que tienes en este momento.
Como siguiente tienes que salir de tu zona cómoda, comenzar a observar y cuestionarlo todo. ¿Como te despiertas por la mañana? ¿Que es lo primero que haces al levantarte? ¿Te gusta hacerlo o prefieres cambiarlo? A la continuación apunta todo lo que haces en el día y después de unos días lo revisas. Cuestiona todo y observa como reacciona tu cuerpo y tu mente. ¿Juzgas? ¿Criticas? ¿Excusas? ¿Culpas? PARA AHORA MISMO.
Medita, haz ejercicio, yoga cada día. Dedica tiempo para ti. Conecta contigo misma. Sigue, reflexiona, continua. Porque cada paso cuenta y cada minuto vale.