Después de muchos años vuelvo a escuchar los escritos de Alan Watts. Un filósofo británico guiado por su sentido común y pasión por aprender. Nacido durante la Primera Guerra Mundial en Inglaterra. Para los que consideran que las dos guerras han sido hace mucho tiempo, animo que piensan en sus padres, abuelos o bisabuelos. Resultará mucho más realista cuando uno se da cuenta de que su abuelo o bisabuelo vivía y luchaba durante la guerra, donde los derechos humanos como libertad, justicia o respeto llegaron a ser violadas en una magnitud como jamás en la historia.
Alan explica, con claridad y transparencia, sus experiencias con la religión, filosofía, naturaleza, historia, psicología o sabiduría oriental. Y de nuevo despierta la necesidad innata de querer entender, razonar, analizar y cuestionar. Buscar las respuestas a las preguntas tantas veces pronunciadas. ¿Cual es el sentido de la existencia? ¿Como encontrar el equilibrio? ¿A donde vamos y para que? ¿Que queremos o necesitamos? ¿Abundancia, amor, poder, reconocimiento, éxito, libertad, unión, paz, armonía?

Seguro que te hayas preguntado muchas veces las mismas preguntas. Pero no es fácil contestarlas. En el caso de que consigues ser sincer@ contigo mism@, entonces admites que no estás seguro de nada. Pero para darse cuenta con claridad, sinceridad y humildad se necesita pasar por un proceso personal de apertura extrema donde, primero de todo, te encuentras con tus miedos, luego heridas y después con tus demonios. ¿Que no tienes miedos? Mentira. ¿Que no tienes heridas? Otra mentira. ¿Que eres una persona amorosa sin demonios? Otra mentira. La mentira forma parte del ser humano desde que comenzó utilizar la razón. Miente por miedo, miente por desespero, miente por querer, miente por sobrevivir. Un instinto deshonesto pero muy normalizado en nuestra sociedad. La palabra tiene el peso que nosotros le damos. Y a veces pesa toneladas y a veces es como pluma en el aire.

Otra razón por la cual las personas mienten es por desconocimiento y ignorancia. Con intención o sin intención ninguna. Por la falta de consciencia y conocimiento de las leyes. Pero no hablo de las leyes que han sido inventadas por el ser humano para controlar a otro ser humano, sino de las leyes naturales, conocidas como derecho natural a aquellos principios basados en la naturaleza. Estas leyes son objetivas, universales y predictivas.

Todos los seres humanos tienen derecho a vivir y aprender libremente. Y si consigo resumir a todos los derechos y compromisos, entonces se reducen a dos cosas: AMOR y RESPETO. Con amor nuestra vida tiene sentido, con el amor se amplifica nuestra existencia, con amor se consigue la harmonía relacionada directamente con la ley de causalidad. Recibo lo que doy. Tarde o temprano. Con amor y respeto hay esperanza para crear una vida consciente y plena para toda la existencia. No se puede matar por la vida, no se puede mentir por la verdad, no se puede destruir por crear. No se puede iniciar una guerra por tener paz.

No se necesita ser un genio para entender que las leyes naturales tienen un sentido universal y están en perfecta armonía. Sin embargo, el ser humano introdujo su LÓGICA y interpretación de las leyes con el objetivo de organizar al hombre vivo en la sociedad, ya que vivir en una sociedad requiere determinado compromiso y reglas para gestionarse y convivir.

Se establece la autoridad ejerciendo ciertas potestades. Se concibe la autoridad legítima como servicio, o sea con capacidad para forzar a otros a acatar sus exigencias. En este caso, la autoridad moral debería ser otorgada por la sociedad a los líderes, pero más bien parece excluida de sus exigencias. Su entendimiento carece de coherencia.

Tras la Segunda Guerra Mundial (por algo se le llama Mundial), se ha ratificado la Declaración Universal de los Derechos Humanos en la Asamblea General de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) en París, en 1948.

Y ahora me pregunto y a ti también: ¿Crees que vives libre, consciente, con dignidad y igualdad? ¿O vivimos en un mundo con discriminación, injusticia, torturas, condiciones inhumanas, esclavizados, discriminados, sin acceso libre a los recursos naturales?

¿Y que haces tú para proteger tus derechos? ¿O crees que no se puede hacer nada para mejorar las cosas? ¿Crees que a ti te tocó “la suerte” por ser esclavizado sin darte cuenta? ¿Crees que algunas personas no se merecen más?

El objetivo de este escrito es ponerse a pensar y cuestionar si la vida que vives, has elegido tú o la han elegido otros por ti? ¿Si quieres seguir viviendo como hasta ahora o deseas mejorar tu vida y convertirla en algo más significativo y con sentido? ¿O dejas que el conformismo te coma vivo? Despertar. Despertarse, despertarnos.

En el nombre de nuestros antepasados. Para honrar nuestros predecesores que, en algunos casos, han dado su vida para que nosotros vivamos LIBRES y en PAZ.

Dejo una frase de Ana María Matute, escritora española: “Lo peor en este mundo es sobrevivir.”